
La conciencia plena es la capacidad de estar presente en el momento actual, prestando atención con intención y sin juzgar lo que ocurre.
Se trata de observar pensamientos, emociones y sensaciones tal como son, sin intentar cambiarlos ni etiquetarlos como buenos o malos.
Esta práctica ayuda a reducir el estrés, mejorar la concentración y cultivar una actitud más serena y compasiva hacia uno mismo y los demás.