
La luz de Cristo
La luz de Cristo no se encendió una vez en Belén para luego apagarse. Durante dos mil años, su luz ha iluminado al mundo y continuará brillando para todos aquellos que creen en Él y lo siguen. La luz de Cristo es una luz persistente, con el poder de atraer a las personas hacia su resplandor.
Brilla en medio de desastres y convulsiones. Es una luz desafiante, que ninguna oscuridad puede apagar. Su propósito no es juzgarnos, sino mostrarnos el camino hacia el reino del Padre. Dios nos ha llamado de las tinieblas a la maravillosa luz de su Hijo.
Debemos vivir como hijos de la luz. Por eso, imitemos a los Magos y caminemos en la luz del Señor.