
Agua en vino
Jesús trajo el vino del amor de Dios al mundo. Dondequiera que iba, lo viejo se hacía nuevo. Para la pareja en Caná, cambió el agua en vino. Para la viuda de Naín, cambió las lágrimas en alegría. Para Zaqueo, transformó el egoísmo en amor. Para el ladrón en el Calvario, convirtió la desesperación en esperanza. Y en la mañana de Pascua, cambió la muerte en vida. Señor, sé presente con nosotros hoy y a lo largo de nuestras vidas. Y cuando por la debilidad humana el vino del amor se encuentre escaso, toca nuestros corazones y fortalece nuestras voluntades, para que podamos degustar el vino del amor desinteresado.