
El día martes pasado a las 8 de la mañana, los niños de la escuela primaria Robb, llegaban tranquilamente como todas las mañanas, esperando con ansias la llegada de las vacaciones de verano.
Al mismo tiempo un joven de 19 años llamado Salvador Ramos, estaba en casa, haciendo uso de las armas que había comprado legalmente, había disparado a su abuela de 66 años, pero sus planes llegaban mucho más allá.