
“¿Ponerte la camiseta o dejar que te exprima la empresa?”
¿Y si eso de “ponerte la camiseta” fuera solo una forma elegante de decir trabaja más y cobra lo mismo?
En México nos enseñaron a presumir el cansancio, a sentir orgullo por no descansar, por aguantar.
Pero mientras aquí trabajamos más de 2,200 horas al año, en países como Alemania o Dinamarca trabajan casi mil menos… y ganan más.
El problema no es el compromiso, es la cultura del sacrificio.
Porque cuando la empresa te pide lealtad sin darte bienestar, eso no es amor al trabajo, es explotación con playera corporativa.
Así que sí, ponte la camiseta…
pero asegúrate de que también te la puedas quitar sin culpa.
Porque trabajar con dignidad, también es amor propio.