
La confianza, esa característica tan propia del ser costarricense, fue la puerta que utilizó una mujer con intenciones perversas para planear, bajo la oscuridad, el robo de un bebé de solo cuatro meses de edad.
Su objetivo fue hacerle creer a su expareja que, tras el rompimiento de la relación, había quedado embarazada. La mentira duró poco, pero el supuesto padre quedó envuelto en el engaño y rápidamente se convirtió en cómplice.
En este episodio:
Grettel Rosales y Katherine Chaves, fiscalas.
-Radiografía del crimen es una producción de la Oficina de Prensa del Ministerio Público de Costa Rica.
Agradecimiento a: