El Evangelio de S. Lucas de este Domingos 28 nos trae la parábola de los 10 leprosos. "No sanaron los 10?" a donde están los otros 9?. Se fueron a cumplir con los trámites legales que era lo más importante para ellos. Con toda seguridad no se les retira la curación, Pero estos no gozan de la alegría que siente el que agradece un favor. Esta falta de gratitud no les permite expresar su fe. El discípulo curado no pensó sino en agradecer a Dios donde la gracia lo había encontrado y al mismo tiempo que agradece es salvado porque solo este escucha las palabras de Jesús: "Levántate y vete tu fe te ha salvado." Los demás tendrán que contentarse solamente con la curación porque estos no creyeron recibirla como algo gratuito sino como algo que les debía haber hecho y no se sienten en deuda con su benefactor. Así piensa quien no vuelve a agradecer. Porque la gratitud viene del sentirse en deuda con el dador. La persona agradecida canta como el discípulo que se devuelve alabando a Dios en voz alta, expresando la alegría de vivir, característica de la persona agradecida por el don de la vida, milagro que se realiza a cada momento en nuestra propia vida y que debemos agradecer eternamente.  Feliz semana con un corazón agradecido.  Bendiciones, Hna. Maria Ruth Radio Paulinas Boston