Hoy en Juntos por la Vida tenemos una historia muy especial, de esas que nos tocan el alma y nos recuerdan por qué vale la pena defender y acompañar la vida siempre.

Nos acompaña desde España Patricia, una mujer de fe profunda, de esas que descubren en el dolor un lugar donde también habita el amor de Dios.
Junto a su esposo Antón y sus hijas, vivieron el camino de la espera y la llegada de su pequeña Elisa, una bebé que vino al mundo por poco tiempo, pero que dejó una huella eterna.

Yo tuve la gracia de vivir esta historia de cerca, porque soy amiga de Zelika, su hermana, y pude ver cuánto amor, cuánta fe y cuánta entrega rodearon cada momento.
La historia de Patricia y su familia nos enseña que cuando el amor entra en el corazón, ya nada vuelve a ser igual.
Hoy Patricia nos comparte cómo, en medio del miedo, la fe y el acompañamiento, encontraron paz y sentido.
Bienvenida, Patricia, con todo nuestro cariño. Gracias por estar acá, por tu testimonio, y por permitirnos entrar —con respeto y con ternura— en la historia de tu familia y de esa vida tan luminosa que fue Elisa.