
Las autolesiones suelen empezar como una forma de aliviar la presión acumulada que está causada por pensamientos y sentimientos angustiosos. Aunque esto puede proporcionar un consuelo temporal al niño, niña o adolescente del dolor emocional que siente, las razones subyacentes persisten. Poco después pueden aparecer sentimientos de culpa y de vergüenza, y el ciclo vuelve a empezar.