
En un edificio antiguo donde el tiempo parece haberse detenido, una mujer espera en silencio. Su voz, cálida y tenue, nos guía por los rincones de un apartamento que ya no le pertenece del todo… ni a ella ni al mundo de los vivos.
La Viuda del Cuarto Piso no es solo un relato de pérdida: es el susurro persistente de una presencia, la sombra que aún habita los objetos, el eco de un amor que se niega a desaparecer.
Una historia íntima y melancólica sobre el peso de lo no dicho, lo que se queda… y lo que aún espera ser escuchado.
Porque a veces, el alma no se va. Se queda… mirando la puerta.