
Nació en una de las dinastías más emblemáticas del toreo mexicano. Igual que su abuelo y que su padre, decidió a los 21 años, entregar su vida a la fiesta taurina. Ha triunfado en las plazas más importantes del mundo y se ha convertido hoy en una figura del toreo internacional.
Un hombre apasionado de la fiesta brava, enamorado de México y entregado de cuerpo y alma, a su vocación. Platicamos con el de cómo eligió seguir ese llamado, de lo que tuvo que pasar antes de portar un traje de luces, y de los valores que le inculcaron en su familia para enfrentar al toro y a la vida.
¡Bienvenido Diego!