
Jesús en esta enseñanza usa la alegoría, del griego paroimía (allegoría) que quiere decir algo figuradamente o figurativo, Las alegorías son composiciones literarias o figuraciones artística que tiene un sentido simbólico para representar la idea que se quiere trasmitir, en esta forma literaria lo que se pretende es dibujar lo abstracto, hacer «visible» aquello que es conceptual, y todo esto obedece a una intención didáctica del maestro Yeshua que quiere hacer su enseñanza lo más clara posible para sus oyentes. En este orden de ideas y en el ámbito de lo popular, una mujer ciega con una balanza es una alegoría de la justicia, y un esqueleto que viste una túnica negra portando una hoz aguda es una alegoría de la muerte. Jesús usa las alegorías como una forma de esfuerzo para explicar y enseñar las verdades de su reino espiritual, de modo que todos puedan comprenderlas ampliamente. La alegoría por su carácter evocador, se empleó profusamente como recurso en temas religiosos y profanos, de ahí que Jesús valiéndose de este formato literario se refiera a sí mismo como “el Buen Pastor” o “La puerta de la Ovejas” para defender su carácter santo como el Mesías esperado del Pueblo y su vinculación intrínseca con el propósito redentor de Dios en la nación de Israel y en el mundo.