Este poderoso mensaje nos invita a descubrir la paciencia como la clave para vivir en paz, perseverar en medio de las pruebas y llegar a la meta de la vida eterna.

Basado en Hebreos 12:1-2, Romanos 5:1-5 y otras Escrituras, se nos recuerda que la paciencia es un fruto del Espíritu Santo, una virtud divina que no podemos fabricar por nuestra cuenta. A través de ejemplos prácticos, advertencias y testimonios, aprendemos que la paciencia nos ayuda a soportar las pruebas, mantener la fe en medio de la persecución, restaurar relaciones y seguir haciendo el bien sin desmayar.

Este mensaje es un llamado a dejar la impaciencia, a despojarnos del peso del rencor, de la ansiedad y del orgullo, y a correr con paciencia la carrera que tenemos por delante. ¡Deja que Dios forme su carácter en ti y recibe la fuerza para perseverar hasta el final!