
Durante tres años, Andrés Sepúlveda Jiménez rastreó las huellas del Radicalismo chileno, movimiento que ayudó a fundar la educación pública, laicizar el Estado y construir ciudadanía. En “Una historia radical de Chile” (Trayecto Editorial), el autor reivindica su papel como motor de modernización y advierte cómo su declive revela la crisis de las ideas republicanas en el Chile actual. Una conversación que interpela el presente desde una tradición que enseñó que "gobernar es educar".