
Murió esperando justicia, Jorge Tocornal Babra pasó nueve años en prisión por un delito que no cometió, acusado por su propio hijo, que años después se retractó. Su historia revela el daño irreversible que una denuncia falsa puede provocar, no solo en una persona, sino en toda una sociedad. Porque cuando la justicia se deja llevar por la presión y las redes reemplazan los tribunales, la verdad se vuelve la primera víctima. Y cuando una mentira se disfraza de justicia, ya nadie queda inocente.