
La chef y pastelera Marcela Garrido, ganadora de la Copa Culinaria Carozzi 2019, rompe el silencio y acusa a la organización de incumplir las promesas hechas a los vencedores. En vez de representarla en el extranjero, fue reemplazada sin previo aviso y nunca recibió las oportunidades anunciadas. Hoy, seis años después, cuestiona la credibilidad de un premio que se promociona como vitrina internacional, pero que a ella solo le dejó frustración. Su testimonio pone en duda la transparencia y el verdadero impacto del certamen en la carrera de los profesionales gastronómicos.