Hay características muy peculiares en las fronteras entre países y una de ellas es que puedes conseguir personas que, a pesar de que se identifican con uno de ellos, realmente viven y se comportan como de ambos sitios, tienen cultura e influencia de ambos lugares y se dificulta saber a cual de los lugares pertenece. De la misma manera sucede en Cristianos que a pesar de identificarse con Dios, viven al filo del mundo y el pecado, disfrutando un poco de ambos bandos espirituales engañándose a sí mismos.