
Siempre he creído que Nueva York es un ser vivo cuya espina dorsal es la 5th Avenue. Una larga avenida que sujeta a la ciudad desde sus extremidades superiores hasta las inferiores. Todo lo que sucede aquí, depende de esta robusta columna vertebral que la atraviesa. A cada lado, el este y el oeste. El yin y el yan. El principio y el fin.