
Tomar descansos regulares en el ambiente laboral no es un lujo, sino una necesidad fundamental para la productividad y el bienestar. Permiten recargar la mente y el cuerpo, previniendo el agotamiento y reduciendo el estrés. Estos respiros mejoran la concentración, la creatividad y la toma de decisiones, lo que a la larga se traduce en un aumento de la eficiencia y una disminución de errores. Ignorar los descansos conduce al burnout y a una menor calidad de vida laboral, impactando negativamente tanto al empleado como a la organización.