Lili creció sintiéndose sin identidad ni respaldo, marcada por el divorcio de sus padres y los años de rechazo que sufrió en la escuela. Vivía con enojo hacia Dios y todo lo que representaba la fe, pero cuando decidió hablar con Él en medio de la enfermedad de su abuelita, algo cambió. Por primera vez sintió su presencia, su ternura y su cuidado. En medio del dolor, encontró la voz de un Padre que le dio consuelo, esperanza y una nueva vida.
Cristian creció sintiendo que la fe era solo de domingos, sin impacto real en su día a día. Tras la separación de sus padres y la muerte de su mamá, vivió etapas difíciles con distintos familiares. Aunque el dolor lo llevó a sentirse solo, fue gracias a sus tíos que comenzó a conocer quién era Jesús y a descubrir al Padre cercano y amoroso. Los hombres que lo rodearon lo lastimaron, pero Dios ha transformado su corazón para perdonar y verlos con misericordia. Hoy, con su esposa, sus hijas y una familia unida por el amor de Cristo, reconoce que el Señor ha cuidado de él en cada momento de su vida.
Desde niña, Ale veía a Dios como alguien lejano, rodeado de figuras que la asustaban y oraciones repetitivas. Un embarazo a sus 16 años la llevó a un matrimonio marcado por cinco años de toxicidad. Todo cambió cuando su hermana la invitó a una iglesia cristiana y le entregó un regalo de parte de Dios. Con Su guía y confirmación, Ale tomó la decisión de salir adelante, divorciarse y comenzar de nuevo, con nada más que la compañía de Dios y el amor por sus dos hijas. Desde entonces ha visto milagros como ser sanada de convulsiones y recibir la promesa de un matrimonio verdadero.
Desde su adolescencia, Lorena recibió una palabra profética sobre su futuro en la política, pero en ese momento no creía en Dios. Años después, en una iglesia, decidió retarlo: si Él existía, debía mostrárselo. Y Dios lo hizo, obrando en su vida y en la de su familia cumpliendo los anhelos de su corazón. Aunque se alejó por un tiempo, un retiro marcó el momento en que escuchó nuevamente su propósito: ser conquistadora de naciones. Hoy, como diputada federal, reconoce que no es por sus fuerzas, sino por la gracia de un Padre que la ama y dirige cada paso.
Fer Molina cargaba con el dolor de un hogar en conflicto y la ausencia de su papá. Su refugio fue una relación que parecía amor, pero solo la alejaba del propósito de Dios. Sin embargo, la fe y oración de su madre abrieron el camino para que Cristo llegara a su vida. Dios sanó su corazón, restauró su familia y le mostró un nuevo futuro lleno de propósito.
Norma vivió un matrimonio lleno de engaños y violencia, mientras su trabajo como enfermera la alejaba de su familia. Creía que Dios estaba lejos y no respondía a sus oraciones, hasta que un retiro le permitió conocerlo de verdad. Dios transformó su vida y restauró su matrimonio, dándole un nuevo comienzo lleno de esperanza y propósito.
Moisés vivió sintiendo que no le importaba a Dios. Su infancia con una enfermedad, el maltrato en casa y la decepción de un cristianismo sin frutos lo dejaron vacío. Pero cuando tocó fondo, Jesús apareció. Lo llamó, lo abrazó, lo sanó y le mostró que su vida tenía propósito, desde entonces todo cambió. Hoy puede ver que aún cuando lo rechazaba, Dios siempre estuvo a su lado.
Marcado por un abuso en su infancia, Humberto construyó una vida basada en apariencias. Él hablaba de Dios, compartía versículos de la Biblia y lideraba a otros, pero por dentro estaba vacío, y su familia sufría las consecuencias. Cuando su hijo enfrentó una situación crítica, Dios lo confrontó con su realidad. Y aunque se resistió una y otra vez, terminó entregándose al amor que nunca dejó de buscarlo.
Después del divorcio de sus padres, Salvador quiso protegerse del dolor aparentando dureza. A los 12 años ya usaba drogas, idealizaba la delincuencia y fue padre a los 16, todo mientras cargaba con enojo, miedo y un vacío que lo consumía. Creía que Dios lo había olvidado, pero lo rescató dándole una identidad que no tenía que fingir y lo convirtió en luz para quienes aún viven en la oscuridad.
Viri vivía rodeada de malas amistades, estupefacientes y desesperanza. Después de varios intentos de quitarse la vida y una experiencia traumática que la puso en peligro, pensó que no había salida. Pero ahí, en lo más oscuro, Dios la encontró, la rescató y la restauró. Hoy, vive protegida, amada y casada con un hombre que refleja el amor de Dios y ella con un corazón dispuesto a servir a Aquel que la salvó.
Aunque conocía a Dios, Leticia se había alejado, pero los problemas de su matrimonio comenzaron a dejar huellas en sus hijos. En medio del caos, decidió ir a la iglesia para protegerlos, sin saber que Dios los estaba esperando para transformar sus vidas. Hoy, pelea por ellos de rodillas, y vive bajo la gracia de Dios.
Maritza pensaba que ser cristiana era sinónimo de hipocresía. Para ella, Dios era lejano, castigador y los creyentes, falsos y “aleluyos”. Vivía con enojo, resentimiento y con adicciones. Hasta que, en medio de su deseo de ser una madre distinta, conoció al Dios real, un Dios amoroso, paciente y transformador. Hoy, su vida está llena de hijos (biológica, adoptivos y espirituales) y de un mensaje de salvación que no puede callar.
Dani vivía en una relación sin propósito y sin amor, pero un encuentro inesperado con Dios lo cambió todo. Él restauró sus corazones y de lo roto, nació una promesa como familia. Hoy, Dani ve cómo Dios la ha cuidado desde niña y cómo ahora enfrenta todo tomada de la mano de Aquel que nunca la ha soltado.
Paula creció creyendo que conocía a Dios. Pero vivía vengándose, robando y sin dirección, dándose cuenta que estaba más lejos de Él de lo que imaginaba. Una experiencia sobrenatural en medio de un coma marcó el inicio de un proceso profundo de restauración y rendición. Dios no solo la salvó, le dio una nueva vida y una nueva identidad.
Después de perder a su papá, Osmar creció con un profundo vacío que nada lo llenaba, cayendo en adicciones para escapar de su dolor. En este episodio, nos cuenta cómo un encuentro sobrenatural con Dios le reveló su valor y lo llevó a una vida completamente nueva con una familia, encontrando su identidad y un futuro lleno de propósito y promesas.
En este especial del Día de las Madres, Iris abre su corazón para contar cómo pasó de evitar la maternidad a elegirla todos los días con Alex, su hijo atípico.
Entre dudas, miedos y noches sin dormir, aprendió a ver la misericordia de Dios en medio de la inseguridad y a descubrir un propósito mayor desde su maternidad.
Gerardo vivía entre la depresión, las adicciones y un profundo deseo de desaparecer. Él pensaba que la fe era algo que se miraba, no algo que se sentía, pero cuando ya no había más a dónde ir, lo sobrenatural ocurrió. Este episodio es el testimonio de cómo, justo en el momento más oscuro, la luz llegó a su vida a llenarlo de propósito y restauración.
Lore nos cuenta cómo creció escuchando de Dios, pero sin sentirlo cercano. Su vida parecía avanzar como la de cualquiera, hasta que una relación tóxica y un vacío interior la empujaron a buscar algo más. En ese proceso, descubrió que lo que necesitaba no era religión, sino una relación real con Dios llena de propósito y promesas.
En este episodio especial de Semana Santa, Roberto Carrera, pastor de La Fe Viviente, nos comparte el verdadero significado de esta temporada. Además, nos cuenta cómo una niñez difícil y con carencias, lo hicieron sentir que Dios debía compensarlo y convertirlo en su “Hijo consentido”. Una pregunta inesperada lo llevó a enfrentar su enojo hacia Él… y un milagro en su hijo Alex, le ha mostrado qué significa la redención.
Miguel creía que su esfuerzo y éxito eran suficientes. No necesitaba a Dios, ni sentía que hiciera falta. Pero cuando su matrimonio se rompió por una serie de sus decisiones y su esposa cayó en coma, el mundo que había construido se derrumbó. En este episodio, nos cuenta cómo, aun resistiéndose, Dios comenzó a hablarle… y a transformarlo desde lo más profundo.