
El país vuelve a arder y no precisamente por las ideas. Un paro que parecía muerto resucitó con violencia, dejando víctimas, militares pateando cadáveres y un gobierno que prefiere mirar al techo antes que condenar lo evidente.
¿Es protesta legítima o negocio disfrazado de justicia social?
En este episodio desmenuzamos la guerra del diésel, la estigmatización del movimiento indígena, la falta de respuesta del gobierno y el nuevo juguete político de moda: la Constituyente.
Mientras unos hablan de justicia social, otros hacen cálculos electorales, y al final, el que siempre paga la cuenta es el pueblo.
Si quieres entender cómo la pobreza, los subsidios y la manipulación política siguen siendo la receta perfecta para un país herido que camina directo a votar con el hígado, este episodio es para ti.