
No siempre es fácil gestionar una situación de enfado. Cuando discutimos con alguien, es probable que perdamos el control y que terminemos elevando la voz. Pero tenemos que tener en cuenta que, gritando, lo único que conseguimos es hacer que el problema sea se agrande y que la otra persona también se ponga en tensión y a la defensiva. Con los gritos no conseguimos nada bueno, solo empeorar la situación y hacer que se agrave.
Créditos especiales a la película "Historia de Un Matrimonio" de Noah Baumbach (2019). Todos los Derechos Reservados.