
Un niño cuenta que en su clase los maestros preguntan en qué trabajan los padres de cada uno. El niño teme que le pregunten, ya que su padre es basurero. Cada vez que lo menciona, siente los comentarios despectivos de sus amigos y las miradas humillantes que lo rodean.
El niño se siente avergonzado de su padre. Un día, el padre comparte sus sentimientos con los compañeros de trabajo y, sin que lo esperen, el jefe escucha la conversación. Motivados por el deseo de hacerse escuchar, los basureros deciden ir a huelga, lo que atrae a la prensa para cubrir su historia.
La prensa comienza a valorar el trabajo que realizan para que nuestras ciudades estén limpias. A través de esta visibilidad, surge una iniciativa para ir a los colegios y hablar sobre la importancia y dignidad del trabajo del basurero.
Aunque no sea un trabajo glamuros, es esencial para todos, ya que contribuye a crear un mejor lugar donde vivir. La sociedad empieza a entender que cada labor tiene su valor y que el trabajo de los basureros es fundamental para el bienestar de la comunidad.