
Que la llenura continua de tu vida sea del Espíritu Santo (Efesios 5:18) y de la Palabra de Cristo (Colosenses 3:16) para que tu copa reboce y muchos más puedan ser ministrados. Para esto es necesario organizar mejor tu tiempo y redefinir tu agenda, y así tener los tiempo de intimidad con Dios, quien llena las vasijas que se disponen boca arriba, en una genuina dependencia de Él.