
El hombre y la mujer sabios, aprenden de los aciertos y de los errores de los demás. No tenemos que caer en los mismos huecos que hemos visto caer a otros. En el capítulo 8 del libro de los Jueces, vemos las otras batallas que tuvo que enfrentar Gedeón, no con ejércitos enemigos, sino en las relaciones con sus mismos hermanos y sobre todo, con su propio corazón. Con demasiada frecuencia nos la pasamos observando al exterior, para detectar las operaciones del diablo, descuidando lo más importante; dejarnos conquistar completamente el corazón por el Rey Jesús.