
Al adentrarnos en el libro de Jueces, vemos a Israel enfrentando una nueva realidad. Josué ha muerto y el liderazgo centralizado desaparece. El pueblo, que una vez avanzó bajo una dirección clara, ahora debe aprender a confiar individualmente en Dios. Sin embargo, la historia de esta semana revela que la obediencia parcial se convierte en un obstáculo recurrente para la nación.