
Después de la gran victoria en Jericó, Israel enfrenta una derrota inesperada en Hai, ¿por qué? Porque el pecado se había infiltrado en el campamento. Acán había desobedecido a Dios, pues había tomado para sí, lo que debía ser destruido. Por lo tanto, esta historia nos enseña varias lecciones cruciales.