¿Sabías que Jesús nunca juzgó a los fariseos? Él no los condenó, los confrontó.
Y esa diferencia lo cambia todo. Porque juzgar busca señalar y sentirse superior, pero confrontar desde el amor busca sanar, corregir y liberar.
Jesús no vino a imponer reglas humanas ni tradiciones vacías, sino a recordarnos que lo que realmente contamina al ser humano no es lo externo, sino lo que sale del corazón. Mientras los fariseos se preocupaban por la apariencia, Jesús miraba la intención.
Dios no busca perfección aparente, busca corazones sinceros.
El desafío es dejar de vivir para agradar a la religión… y empezar a vivir para agradar al Padre.
All content for Podcast El Lugar de Su Presencia is the property of El Lugar de Su Presencia and is served directly from their servers
with no modification, redirects, or rehosting. The podcast is not affiliated with or endorsed by Podjoint in any way.
¿Sabías que Jesús nunca juzgó a los fariseos? Él no los condenó, los confrontó.
Y esa diferencia lo cambia todo. Porque juzgar busca señalar y sentirse superior, pero confrontar desde el amor busca sanar, corregir y liberar.
Jesús no vino a imponer reglas humanas ni tradiciones vacías, sino a recordarnos que lo que realmente contamina al ser humano no es lo externo, sino lo que sale del corazón. Mientras los fariseos se preocupaban por la apariencia, Jesús miraba la intención.
Dios no busca perfección aparente, busca corazones sinceros.
El desafío es dejar de vivir para agradar a la religión… y empezar a vivir para agradar al Padre.
¿Vas a la iglesia a recibir… o a dar?
La alabanza congregacional tiene un poder espiritual impresionante, y cuando un pueblo se une para exaltar a Dios, el cielo responde. Alabar no es un acto rutinario, es una declaración de fe, una forma de decirle al Señor: “Aquí estoy, con alegría, con gratitud y con todo mi corazón”.
Dios no busca voces perfectas, sino corazones rendidos. Cuando levantas tus manos, aplaudes, danzas o simplemente cantas con sinceridad, estás provocando que su presencia se manifieste.
Podcast El Lugar de Su Presencia
¿Sabías que Jesús nunca juzgó a los fariseos? Él no los condenó, los confrontó.
Y esa diferencia lo cambia todo. Porque juzgar busca señalar y sentirse superior, pero confrontar desde el amor busca sanar, corregir y liberar.
Jesús no vino a imponer reglas humanas ni tradiciones vacías, sino a recordarnos que lo que realmente contamina al ser humano no es lo externo, sino lo que sale del corazón. Mientras los fariseos se preocupaban por la apariencia, Jesús miraba la intención.
Dios no busca perfección aparente, busca corazones sinceros.
El desafío es dejar de vivir para agradar a la religión… y empezar a vivir para agradar al Padre.