
Somos seres sociales que vivimos en comunidad. Necesitamos de otras personas para alcanzar unos niveles aceptables de seguridad y bienestar, fundamentales para mantener la buena salud psicológica.
Sin embargo, el sentimiento de soledad no va necesariamente ligado a la falta de contacto humano. Podemos tener compañía, pareja, familia y amigos, y sentirnos solos.
Al mismo tiempo, la soledad física, de alguien que ha elegido estar solo y reducir sus contactos sociales al mínimo, no tiene por qué comportar soledad emocional.