
El recreo a una corta edad puede ser una espacio para crecer y fortalecer nuestras capacidades sociales y motrices, pero también se puede convertir el lugar adecuado para caer en el mundo de las apuestas, trafico de influencias y estafas piramidales. Desde que se te caiga tu torta hasta que te vomites enfrente de todos y sin duda la distinción de clases sociales solo con ver el lunch de tus compañeros.