
Las redes sociales no dejan de ser empresas privadas que tienen sus términos y condiciones y que pueden unilateralmente cambiar esos términos y condiciones e incluso lo pueden hacer unilateralmente con un usuario en concreto. Dicho esto, censurar a Trump no es la mejor estrategia para calmar las aguas en Estados Unidos, si acaso su censura aún provocará mayor división y polarización en ese país. Las redes sociales intentan ocupar un espacio que considero que no les corresponde: se fiscalizadores de la democracia de Estados Unidos. Y no les corresponde porque de ser ellos los guardianes de la democracia solo sería indicativo de su debilidad como tal.