
El asalto al Capitolio de Estados Unidos tiene varias lecturas según cómo se analice. Lo que podemos caso todos coincidir es que ese incidente es solo el principio de una nueva era política en Estados Unidos, un país que tendrá que volver a redefinir su identidad en un marco de profunda división entre sus ciudadanos, que en algunos casos se parecen menos que un huevo a una castaña.