
Desde hace un tiempo es muy claro para la mayoría de nuestro pueblo que hemos vivido bajo un proyecto económico y social llamado “neoliberalismo. Si bien el presidente de la 4T lo ha denunciado vehementemente como la causa de todos nuestros males, no ha hecho lo mismo con los diversos mecanismos mediante los cuales el proyecto neoliberal se instauró en nuestro país, ni siquiera ha aventurado una definición más o menos certera de lo que dicho proyecto es, en qué se basa, cómo se desarrolló, qué fundamentos tiene. Sólo ha atinado a señalar la corrupción como la herramienta preferida del neoliberalismo para imponerse, como el arma única y más eficaz que los neoliberales tienen para atracar y atacar al pueblo. Si bien es cierto que la corrupción en nuestro país ha facilitado que nos despojen de todo y unos cuantos se enriquezcan a nuestras costillas, lo cierto es que es sólo una de las maneras en que lo han hecho y no es, para bien o para mal, la principal.