
La inteligencia del cerebro (IQ) y la inteligencia emocional no son lo mismo. Puedes tener un IQ muy alto, pero si tu inteligencia emocional es baja, será difícil manejar tus emociones, tus relaciones y hasta tu propia paz interior.
En este episodio comparto cómo, cada día, decido trabajar en mi inteligencia emocional como un acto de disciplina y amor propio. Porque ahí está la verdadera clave para vivir con propósito, sanar y crecer. Te invito a reflexionar conmigo y a comenzar a entrenar tu propia inteligencia emocional.