
Esta vez vamos a hablar de una gran confusión que existe sobre el odio y el dolor. Por lo general, la gente piensa que alguien está enojado, cuando en realidad está herido. La persona enojada ataca, mientras que la persona herida se defiende. Una cosa es correcta. Estar enojado o herido no es agradable para nadie, pero ¿alguna vez pensaste que, si no hubiera tal confusión, las situaciones podrían ser diferentes?