La fe cristiana es una fe trinitaria. Creemos en un solo Dios, que existe en tres personas. En cuanto a la tercera persona de la trinidad, sin embargo, han habido diferentes discusiones desde el inicio de nuestra fe. Su Deidad, su “procedencia” (por decirle de alguna forma) y, de mayor importancia para esta conversación, su accionar hoy en día. De manera particular, grandes discusiones existen hoy entre la vigencia o cesación de ciertos dones del Espíritu, específicamente el don de lenguas, don de profecía y don de sanidad.A pesar de la oposición y la burla, el movimiento pentecostal y carismático ha defendido la vigencia de todos los dones del Espíritu en nuestra época. Tristemente, no todo en el movimiento pentecostal y carismático es "color de rosa", ya que los excesos, abusos y malas interpretaciones en el ejercicio de los dones del Espíritu han estado también presentes desde los inicios del movimiento.
Muchos cesacionista se aprovechan de tales excesos y los usan a su favor, incurriendo descaradamente en una falacia de generalización al atribuir tales excesos a todos los grupos pentecostales y carismáticos para así poder satanizar a todo el movimiento.¿Qué significación debemos atribuir a esos excesos? ¿Cómo deberíamos tratarlos? Debemos verlos e interpretarlos tal cual se estiman en la Biblia y corregir cualquier abuso o exceso. Al mismo tiempo, sería un grave error llegar a creer que porque a veces se den excesos, eso significa que tales manifestaciones no provienen de Dios o que, en el peor de los casos, deberíamos como iglesia condenar y prohibir tales manifestaciones en la adoración y práctica pentecostal.
¿Cómo mira la biblia este tipo de situaciones? ¿Ocurrió algo similar en la iglesia primitiva? ¿En qué forma resolvieron los apóstoles tales excesos? Ciertamente no prohibieron el ejercicio de los carismas o dejaron de creer en ellos como muchos cesacionistas. A todas las acusaciones y críticas presentados contra el continuismo por sus oponentes, la Biblia tiene una respuesta clara y contundente. ¿Quieres descubrir las respuestas? ¡No te pierdas nuestro quinto y último taller!
𝐈𝐌𝐏𝐀𝐑𝐓𝐈𝐃𝐎 𝐏𝐎𝐑 — 𝙼𝚝𝚛𝚘. 𝙹𝚘𝚛𝚐𝚎 𝙲𝚊𝚛𝚕𝚘𝚜 𝙲𝚊𝚗𝚝𝚘 𝙷𝚎𝚛𝚗𝚊𝚗𝚍𝚎𝚣.Jorge Carlos Canto Hernández es el secretario general del concilio nacional de las Asambleas de Dios en México. Tiene una licenciatura en administración de empresas y una maestría en administración. Además, cuenta con el título de maestro en divinidades por la facultad de teología de las Asambleas de Dios en México y es candidato a Doctorado en ministerio por el Seminario Teológico de Dallas.
Los pentecostales y carismáticos creemos firmemente en la continuidad y validez de los dones del Espíritu para nuestra época. Afirmamos que no hay evidencia bíblica, o cualquier otro tipo de evidencia, que siquiera se acerque a sugerir que los dones carismáticos han cesado. El estudioso honesto de la Biblia debe reconocer la presencia constante, de hecho, dominante, y en todo el Nuevo Testamento de los dones espirituales. A partir de Pentecostés, y continuando a lo largo del libro de los Hechos, siempre que el Espíritu se derrama sobre los nuevos creyentes, ellos experimentan su charismata. No hay nada que indique que estos fenómenos se limitan a ese grupo y a ese momento. Esto parece ser algo extendido y común en la iglesia del Nuevo Testamento. Cristianos de Roma (Romanos 12), Corinto (1 Corintios 12-14), Samaria (Hechos , Cesarea (Hechos 10), Antioquía (Hechos 13), Éfeso (Hechos 19), Tesalónica (1 Tesalonicenses 5), y Galacia (Gálatas 3) experimentaron los dones milagrosos y de revelación. Es difícil imaginar cómo los autores del Nuevo Testamento podrían haber hablado más claramente acerca de cómo debe lucir el cristianismo bíblico. En otras palabras, la evidencia apunta en contra del cesacionismo. Si eso es cierto, entonces, ¿En qué se basan los cesacionistas para defender su postura? ¿Cuáles son sus argumentos? Y más importante aún ¿cómo respondemos a tales argumentos? ¿Quieres descubrirlo? ¡No te pierdas nuestro cuarto taller!
𝐈𝐌𝐏𝐀𝐑𝐓𝐈𝐃𝐎 𝐏𝐎𝐑 — 𝙼𝚝𝚛𝚘. 𝙰𝚋𝚒𝚎𝚣𝚎𝚛 𝚀𝚞𝚎𝚛𝚒𝚝 𝙳𝚒𝚊𝚣.Abiezer Querit Díaz es Licenciado en Ciencias de la computación, máster en gestión de la tecnología y Juris Doctor. Posee un Diplomado en griego Bíblico y actualmente cursa un Doctorado en teología con un enfoque en apocalíptica.
Frecuentemente, alguno que otro cesacionista esgrime en defensa de su doctrina uno que otro texto patrístico para “comprobar” de forma extrabíblica que los dones cesaron después de la muerte del último apóstol (algunos afirman que incluso antes del 70 d.C.). En su esfuerzo por defender su postura, muchos de ellos prefieren cegarse ante la vasta evidencia en favor del continuismo y optan por la deshonestidad intelectual, por lo que terminan manipulando la historia de la Iglesia (y las pocas citas patrísticas que creen que les favorecen) para intentar demostrar su postura.
Afortunadamente, y gracias al creciente conocimiento de la patrística en nuestros días, tales manipulaciones han quedado en evidencia.Y es que hoy en día, a diferencia de siglos anteriores, contamos con variados textos antiguos provenientes de los padres apostólicos, de los padres apologistas griegos, y de los padres y obispos de la iglesia de los primeros siglos, tanto griegos como latinos. Esto nos permite declarar con autoridad que el panorama en el tema de la continuidad de los dones es bien claro: Hay un unanimis consensus Patrum que nos permite afirmar enfáticamente la vigencia de los dones espirituales y su continuidad tras la muerte de los apóstoles. Sin duda el cesacionismo no representa en nada el pensamiento cristiano de los primeros siglos (ni siquiera de la edad post-apóstolica), por lo que podemos decir sin duda alguna que ni la Biblia ni los textos patrísticos pueden usarse para defender el cesacionismo. ¿Quieres descubrirlo por ti mismo? ¡No te pierdas nuestro tercer taller!
La Biblia registra que los milagros ocurrieron sin excepción en todos los períodos de la historia sagrada, pero ¿Qué ocurrió más allá de la muerte de los apóstoles? ¿Continuaron manifestándose los dones del Espíritu en la iglesia a través de la historia? Afirmar que los dones carismáticos han estado ausentes en la historia de la iglesia más allá de la edad apostólica (como afirman los cesacionistas) es ignorar intencionalmente un gran número de pruebas. Si desean ser intelectualmente honestos, los cesacionistas deben reconocer que existen suficientes pruebas históricas de que los denominados ‘dones carismáticos’ continuaron presentes en la iglesia cristiana a lo largo de los siglos.
Calificar todos ellos de falsos o fruto de la actividad demoníaca o de trastornos psicológicos (como los cesacionistas quisieran hacernos creer) es simplemente ridículo y deshonesto. Incluso Agustín de Hipona (354-430), considerado por muchos como el “padre del cesacionismo”, se retractó posteriormente de su negación de los carismas, reafirmando en sus escritos posteriores la realidad perpetua de los dones milagrosos. Él mismo registró y documentó cuidadosamente no menos que 70 casos de sanidad divina en su propia congregación durante un período de dos años. Pero los dones del Espíritu continuaron más allá de Agustín y continúan aún hoy en día. La evidencia histórica (en todas las edades de la iglesia) confirma las afirmaciones del continuismo. ¡Te invitamos a estudiar este tema con mayor profundidad en nuestro segundo taller!
𝐈𝐌𝐏𝐀𝐑𝐓𝐈𝐃𝐎 𝐏𝐎𝐑 — 𝙻𝚒𝚌. 𝙵𝚎𝚛𝚗𝚊𝚗𝚍𝚘 𝙴. 𝙰𝚕𝚟𝚊𝚛𝚊𝚍𝚘.
La Biblia nos ordena estar "siempre preparados para presentar defensa ante todo el que [nos] demande razón de la esperanza que hay en [nosotros]" (1 Pedro 3:15). Parte de dicha esperanza es nuestra firme creencia en la presencia real y constante de Dios en la sociedad actual. El cesacionismo, sin embargo, disfrazando de piedad su incredulidad y proclamándose heraldo de la sana doctrina y el orden en la iglesia, busca destruir dicha esperanza. Conocer y profundizar en los fundamentos bíblicos de nuestra fe pentecostal es ahora más necesario que nunca. Aprende con nosotros a defender tu fe y crece en el conocimiento de la Palabra. ¡No te pierdas nuestro primer taller!
𝐈𝐌𝐏𝐀𝐑𝐓𝐈𝐃𝐎 𝐏𝐎𝐑 — 𝙸𝚗𝚐. 𝙹𝚘𝚛𝚐𝚎 𝙳𝚊𝚟𝚒𝚍 𝙲𝚊𝚗𝚝𝚘 𝙴𝚗𝚌𝚊𝚕𝚊𝚍𝚊.
Jorge David Canto Encalada es pastor asociado en Centro Cristiano "La Nueva Jerusalén" en Mérida, Yucatán, México. Es ingenierio en audio y producción en música contemporánea por la Universidad Fermatta en Ciudad de México. Tiene una licenciatura en teología ministerial dada por ISUM y actualmente se encuentra estudiando la maestría en Divinidades en la Facultad de Teología de las Asambleas de Dios America Latina.
¿Son vigentes el don de lenguas, el de profecía y el de sanidad? Los cesacionistas creen que no. Los pentecostales y miembros de la Tercera ola opinan que sí. La perspectiva abierta, pero cautelosa, responde con un tímido "quizás". ¿Cuál es la respuesta? ¿Hay una respuesta? ¿Siguen vigentes los dones milagrosos? En nuestra clase introductoria compararemos las cuatro perspectivas principales: cesacionista, abierta pero con cautela, carismática/pentecostal y la postura de la Tercer Ola. Esta clase introductoria busca ayudar a los participantes en el seminario virtual a reconocer e identificar las diferentes perspectivas sobre este tema, así como a entender mejor su propio posicionamiento y los posicionamientos de otros creyentes no pentecostales. ¡No te pierdas nuestro clase introductoria! 𝐈𝐌𝐏𝐀𝐑𝐓𝐈𝐃𝐎 𝐏𝐎𝐑 — 𝙳𝚛. 𝙰𝚞𝚐𝚞𝚜𝚝𝚘 𝚁𝚘𝚍𝚛𝚒𝚐𝚞𝚎𝚣, 𝙿𝚑𝙳. El.Dr. Augusto Rodríguez nació y creció en San Salvador, El Salvador, Centro América. Debido a la situación política, emigró a Los Ángeles, California en donde reside desde 1982. En 1985 contrajo matrimonio con Lizzette Anabella, con quien se conoce desde que eran adolescentes en El Salvador.
En el Seminario Fuller en Pasadena, California, Augusto obtuvo dos títulos de Maestría: en 1998 uno de la escuela de teología con una concentración en estudios del Nuevo Testamento y en 1999, uno de la escuela de misión mundial en estudios interculturales, con una concentración en el crecimiento de la iglesia.
En el 2003 obtuvo el título de Doctor en Filosofía (PhD-ICS) en el Seminario Fuller, de la Escuela de Misión Mundial, con una concentración en historia de la iglesia en misión, teología de la misión, y crecimiento de la iglesia. En la actualidad, Augusto Rodríguez es profesor asociado adjunto de ministerio cristiano en el Centro Latino en el Seminario Teológico Fuller, y profesor asistente de estudios globales en The John W. Rawlings School of Divinity en el Seminario Teológico Liberty. También imparte cursos en español en Global University de las Asambleas de Dios. Augusto Rodríguez es el autor de “Paradigms of the Church in Mission. A Historical Survey of the Church’s Self-Understanding of Being the Church and of Mission” (Paradigmas de la Iglesia en Misión. Un Panorama Histórico de la Comprensión propia de ser Iglesia y de la Misión) (Wipf & Stock 2012), “Conociendo las Religiones del Mundo. Historia, Cosmovisión, Vida y Prácticas (Knowing World Religions. History, Worldvision, Life and Practices) (KDP Publishers 2020). “Bolivia,” y “Christianity and Daoism” en Encyclopedia of Christianity in the Global South (Rowman and Littlefield Publishing Group, 2018), y “Being Missional in Times of Crisis. Leadership, Ministry, and Church Insights from Acts of the Apostles” (Siendo Misional en Tiempos de Crisis. Liderazgo, Ministerio, e Instrospectivas de la Iglesia del Libro de los Hechos de los Apóstoles) (Wipf & Stock, 2023).
El Espíritu Santo es el resorte de la escatología cristiana, quien mantiene a la Iglesia en tendencia hacia adelante, hacia el retorno del Señor. Esta vinculación entre pneumatología y escatología es un énfasis que consideramos de gran importancia y pocas veces subrayado. En el pentecostalismo, esta consumación escatológica es adscripta al Espíritu, quien como un don del tiempo final ya gobierna el presente histórico de los creyentes. Así como la resurrección es un evento proléptico que anticipa el futuro del mundo en el propósito de Dios, también la consumación escatológica debe entenderse como una manifestación proléptica del Espíritu quien en el futuro escatológico transformará a los creyentes y con ellos a toda la creación, para la participación de la gloria de Dios.
¿Deseas profundizar en este tema? ¡Acompáñanos en el octavo y último taller de nuestro Seminario Virtual "A la Luz del Pentecostés – 2023". Este taller será impartido por el maestro y evangelista Joel Rivera, quien nos acompañará desde Bolivia.
Con el advenimiento de la posmodernidad, otras formas religiosas diferentes al cristianismo tuvieron voz y adquirieron espacio en el escenario religioso. Ante este nuevo escenario, había dos opciones para los pentecostales. Una era asimilar el modo tradicional de hacer teología basado en la tradición o en la ortodoxia reformada. La otra opción es mirar a nuestro tiempo, si nos gusta o no, y aprender a vivir en este mundo. Ni voltear a un racionalismo reduccionista ni asumir acríticamente los postulados de la posmodernidad. ¿Qué camino elegirá el pentecostalismo? Por otro lado, el pentecostalisno enfrente un desafío adicional: el ecumenismo. Desde los comienzos del pentecostalismo, surgieron varias iglesias pentecostales autóctonas en Chile (1910) y otros lugares de América Latina que no estaban directamente influenciadas por los esfuerzos misioneros norteamericanos. Son estas iglesias las que han estado más abiertas al movimiento ecuménico. Algunas de ellas se hicieron miembros del Concilio Mundial de Iglesias en los años sesenta, y un buen número se ha unido al Consejo Latinoamericano de Iglesias desde la creación de éste en 1982. La mayoría de las iglesias pentecostales han optado por no participar en ninguna organización ecuménica. Esto viene, en parte, de su perspectiva restauracionista sobre la historia de la iglesia que considera que las iglesias existentes se han apartado de las intenciones de Dios al transigir y pecar. Otra razón es la manera en que muchas iglesias actuales han marginado y rechazado a los pentecostales cuando estos intentaban compartir sus testimonios sobre lo que Dios había hecho en sus vidas. Por consiguiente, el pensamiento sectario ha dominado gran parte del movimiento, que en muchos casos desarrolló una posición escatológica que temía el contacto ecuménico. Esto ha influido en su postura sobre el ecumenismo.
¿Deseas profundizar en este tema? ¡No te pierdas nuestro séptimo taller! Este será impartido desde Perú por el pastor Pedro Manuel López - licenciado en teología pastoral -, autor del libro 𝑀𝑢𝑗𝑒𝑟 𝑃𝑒𝑛𝑡𝑒𝑐𝑜𝑠𝑡𝑎𝑙: 𝑈𝑛 𝐿𝑖𝑑𝑒𝑟𝑎𝑧𝑔𝑜 𝑅𝑒𝑣𝑜𝑙𝑢𝑐𝑖𝑜𝑛𝑎𝑟𝑖𝑜.
¿Confesión positiva? ¿Declarar, decretar y arrebatar? ¿La restauración del tabernáculo caído de David? ¿La danza profética? ¿El sembrar y el pactar? ¿Son todas estas, o algunas de ellas, expresiones legítimas de un pentecostalismo bíblico y sano, o más bien falsificaciones de lo que es el pentecostalismo? Sin duda, el elemento que marca el punto de partida en la delimitación de los "falsos pentecostalismos" y que lo separa del pentecostalismo clásico y del carismático, es el discurso enfocado en la prosperidad económica como fin divino. Esta “teología de la prosperidad”sería el rasgo distintivo por antonomasia de los falsos pentecostalismos, pero no el único.
El carácter mágico de sus prácticas; una teología de la guerra espiritual descontrolada; el excesivo utilitarismo y el énfasis en la demencia presentes en su discurso y rituales. Prácticas financieras dudosas; una participación política cada vez mayor; el coqueteo con la teología del dominio, la Nueva Reforma Apostólica y la secularización del culto son también elementos distintivos de los falsos pentecostalismos. La adoración colectiva es secularizada, reducida a una obra de teatro. El pastor se convierte en animador; el “showman”, donde prima la estridencia, los aplausos, las expresiones y movimientos de júbilos y cantos entonados con mucho ritmo. Predomina el lenguaje de los símbolos, códigos visuales y estéticos. Lo retórico se ha replegado dando lugar a la imagen que se pasea por las grandes salas de televisión, y a su vez los cultos se realizan en los enormes cines, hoteles o megatemplos. Maldiciones generacionales, "encuentros" y retiros de liberación, misticismo desenfrenado y adoración extalátiva sin orden ni control. ¡Todo en nombre de la vida en el Espíritu!
¿Es esto verdadero pentecostalismo? ¡Descúbrelo en nuestro sexto taller del Seminario Virtual "A la Luz del Pentecostés – 2023", impartido por el Dr. Christian Thorne, 𝘊𝘰𝘰𝘳𝘥𝘪𝘯𝘢𝘥𝘰𝘳 𝘥𝘦 𝘊𝘢𝘭𝘪𝘥𝘢𝘥 𝘌𝘥𝘶𝘤𝘢𝘵𝘪𝘷𝘢 𝘥𝘦𝘭 𝘊𝘙𝘈, 𝘚𝘦𝘤𝘳𝘦𝘵𝘢𝘳𝘪𝘰/𝘛𝘦𝘴𝘰𝘳𝘦𝘳𝘰 𝘥𝘦 𝘈𝘛𝘈𝘓, 𝘙𝘦𝘱𝘳𝘦𝘴𝘦𝘯𝘵𝘢𝘯𝘵𝘦 𝘺 𝘱𝘳𝘰𝘧𝘦𝘴𝘰𝘳 𝘥𝘦 𝘐𝘚𝘜𝘔 𝘺 𝘎𝘭𝘰𝘣𝘢𝘭 𝘜𝘯𝘪𝘷𝘦𝘳𝘴𝘪𝘵𝘺 𝘦𝘯 𝘗𝘢𝘯𝘢𝘮𝘢́. 𝘗𝘳𝘰𝘧𝘦𝘴𝘰𝘳 𝘳𝘦𝘨𝘶𝘭𝘢𝘳 𝘥𝘦𝘭 𝘐𝘚𝘉𝘈𝘋 𝘦𝘯 𝘭𝘢𝘴 𝘤𝘢́𝘵𝘦𝘥𝘳𝘢𝘴 𝘥𝘦 𝘛𝘦𝘰𝘭𝘰𝘨𝘪𝘢 𝘉𝘪𝘣𝘭𝘪𝘤𝘢 𝘺 𝘚𝘪𝘴𝘵𝘦𝘮𝘢́𝘵𝘪𝘤𝘢, 𝘏𝘦𝘳𝘮𝘦𝘯𝘦́𝘶𝘵𝘪𝘤𝘢 𝘺 𝘓𝘪𝘣𝘳𝘰𝘴 𝘥𝘦 𝘑𝘶𝘢𝘯. 𝘌𝘴 𝘱𝘢𝘴𝘵𝘰𝘳 𝘥𝘦 𝘭𝘢 𝘊𝘰𝘮𝘶𝘯𝘪𝘥𝘢𝘥 𝘊𝘳𝘪𝘴𝘵𝘪𝘢𝘯𝘢 𝘓𝘢 𝘎𝘳𝘢𝘯 𝘍𝘢𝘮𝘪𝘭𝘪𝘢 (𝘊𝘪𝘶𝘥𝘢𝘥 𝘥𝘦 𝘗𝘢𝘯𝘢𝘮𝘢́)
El pentecostalismo no surgió de un vacío histórico y teológico. Muchas de sus características dominantes temprano y subsecuentemente en su historia fueron decisivamente de la variedad evangélica. Pero el pentecostalismo es mucho más que mero protestantismo. A pesar de los comentarios en contrario, el pentecostalismo nunca fue en sus primeras formas simplemente “evangelicalismo con lenguas”. Mientras que el cuádruple Evangelio (que representa a Jesús como Salvador, Bautizador del Espíritu, Sanador y el Rey venidero) fue un conjunto clave de temas para las primeras formas del pentecostalismo, su característica central sigue siendo la creencia de que la persona del Espíritu Santo podría ser experimentada espiritual, física y verbalmente en estos últimos días. Esta (no tan simple) característica diferencia al pentecostalismo del resto del mundo evangélico.
¿Qué es exactamente, entonces, el pentecostalismo si no es un movimiento evangélico per se? El pentecostalismo se define mejor como una instanciación moderna de la corriente mística del cristianismo reconocible a lo largo de su historia. En otras palabras, el pentecostalismo se entiende mejor como una tradición mística de la iglesia cristiana universal. Trasciende, por lo tanto, la mera definición de "protestante" o "evangélico". El pentecostalismo, por lo tanto, tiene una historia rica y complicada para contar y la vida para representar. Sus particularidades, características, idiosincrasias, e incluso excentricidades, constituyen un regalo para la iglesia y el mundo en general. La teología pentecostal es más que teoría sobre Dios. Es fundamentalmente una reflexión de segundo orden sobre la narración primaria de Dios en relación coordinada con una reflexión sobre la experiencia de Dios en nuestras vidas.
La doctrina del Bautismo en el Espíritu Santo es nuestro distintivo como creyentes pentecostales. Con el bautismo en el Espíritu Santo viene una investidura de poder para la vida y el servicio y la concesión de los dones espirituales y su uso en el ministerio (Lucas 24:49; Hechos 1:4,8; 1 Corintios 12:1-31). En la interpretación pentecostal, esta experiencia es distinta a la del nuevo nacimiento y subsecuente a ella (Hechos 8:12-17; 10:44-46; 11:14-16; 15:7-9). Con el bautismo en el Espíritu Santo el creyente participa de experiencias como la de ser lleno del Espíritu (Juan 7:37-39; Hechos 4:8); una mayor reverencia hacia Dios (Hechos 2:43; Hebreos 12:28); una consagración más intensa a Dios y una mayor dedicación a su obra (Hechos 2:42); y un amor más activo a Cristo, a su Palabra, y a los perdidos (Marcos 16:20). ¡Esta es una vida llena de “fuego santo”! Una vida que todo creyente debería anhelar. ¿Deseas aprender más acerca de este tema? ¡Acompáñanos el día de mañana en el cuarto taller del Seminario Virtual "A la Luz del Pentecostés – 2023".
¿Son los escritos de Pablo el fundamento del cesacionismo actual? ¿Enseñó Pablo que los dones carismáticos cesarían con la muerte de los apóstoles o el cierre del canon bíblico? ¿Habló Pablo sobre la necesidad y permanencia de la obra del Espíritu (con sus dones o carismas) en la vida de la iglesia? La pneumatología fue un tema de vital importancia para el apóstol Pablo. La primera carta a los Tesalonicenses es punto de partida para descubrir la fuerza pneumatológica de la teología paulina. "Nuestro evangelio no llegó a vosotros en palabras solamente, sino también en poder, en el Espíritu Santo" (1 Tesalonicenses 1:5) — afirma Pablo. "recibiendo la palabra... con gozo del Espíritu Santo" (1:6); "el que desecha esto, no desecha a hombre, sino a Dios, que también nos dio su Espíritu Santo" (4:8). Una mención simple dice: "No apaguéis al Espíritu" (5:19). En las restantes cartas paulinas, la palabra "pneuma" aparece abundantemen, unas 97 veces son apariciones muy repartidas en tales escritos a excepción de Filemón. ¿Por qué Pablo dio tanta importancia a la pneumatología? ¿Deberíamos nosotros hacer lo mismo? ¿Qué creía Pablo sobre el Espíritu Santo, su importancia en la vida de ella iglesia y la vigencia de los dones más allá de la edad apostólica? ¡Descúbrelo en este taller!
En el ministerio de Cristo y su Iglesia, Lucas subraya que el Espíritu Santo permanece con los escogidos de Dios. En vez de hablar de la investidura temporal que venía sobre ciertos líderes del pueblo de Dios en la historia de Israel, el libro de los Hechos acentúa que el Mesías y la comunidad creyente disfrutan de la presencia continua del Espíritu de Dios. Todos los capítulos de los dos tomos lucanos son pneumatológicos. Gracias a esta presencia permanente, Jesús y la Iglesia reciben poderes carismáticos del Espíritu para llevar a cabo su misión en el mundo. Los poderes del mundo venidero se experimentan por la gracia del Espíritu. En el Evangelio, Cristo es predominantemente el hombre del Espíritu.
La frase de Barth se aplica perfectamente a la teología.Según Lucas, es imposible pensar en un Cristo no pneumatológico. Debido a los carismas pneumatológicos, Cristo es capaz de curar a los hidrópicos, limpiar a los leprosos, conceder una pesca milagrosa, hablar con sabiduría y espontaneidad divinas, resucitar al hijo de la viuda de Naín, desatar las ligaduras de Satanás e incluso sanar la oreja derecha de un siervo del sumo sacerdote. Los mismos carismas del Espíritu se manifiestan en Hechos.
Como en el caso de Cristo, la Iglesia nace del Espíritu, es ungida por el Espíritu y se deja guiar por la voz del Espíritu. El Espíritu Santo se convierte en su director de misiones. Se nota visiblemente que el Espíritu obra a través de su Iglesia. Los creyentes siguen realizando proezas, maravillas y milagros por el poder del Espíritu carismático. La presencia del Espíritu es visible, palpable y tangible entre ellos. El testimonio del Evangelio según San Lucas es que mediante la capacitación del Espíritu Santo Jesús fue un carismático. De un modo parecido, el testimonio de los Hechos de los Apóstoles es que los discípulos fueron una comunidad carismática. Así, en la teología de Lucas la Iglesia es carismática. ¿Acaso no es fascinante el estudio de la pneumatología lucana?
¿Qué es la Pneumatologia? La palabra pneumatología se deriva de la palabra griega, pneuma, que significa "espíritu," "viento," "aliento." Por tanto, pneumatología es la doctrina del Espíritu Santo. ¿Quién / qué es el Espíritu Santo? ¿Cuándo / cómo recibimos el Espíritu Santo? ¿Qué es el bautismo del Espíritu Santo? ¿Cómo puedo estar lleno del Espíritu? ¿Los dones milagrosos del Espíritu son para hoy? La neumatología nos ayuda a entender estos temas y a reconocer las funciones bíblicas del Espíritu Santo en nuestras vidas hoy en día. Es por eso que el estudio de la pneumatología es de inmenso beneficio para el cristiano.
Aunque es correcto levantar muros para delimitar y proteger nuestras creencias, estos tampoco deberían ser tan altos que nos impidan estrechar la mano de nuestros hermanos que piensan diferente. Por eso, luego de.nuestros seis talleres en los cuales abordaremos aquello que nos separa de nuestros hermanos reformados, concluiremos nuestro 𝑺𝒆𝒎𝒊𝒏𝒂𝒓𝒊𝒐 𝑽𝒊𝒓𝒕𝒖𝒂𝒍 "𝑼𝒏𝒂 𝑹𝒆𝒔𝒑𝒖𝒆𝒔𝒕𝒂 𝑷𝒆𝒏𝒕𝒆𝒄𝒐𝒔𝒕𝒂𝒍 𝒂 𝒍𝒂 𝑻𝒆𝒐𝒍𝒐𝒈𝒊𝒂 𝑹𝒆𝒇𝒐𝒓𝒎𝒂𝒅𝒂" con un conversatorio en el cual contaremos con la presencia del Lic. David Castillo, pastor reformado y quien también sirviera como misionero presbiteriano en Monterrey, México y plantador de iglesias en El Salvador para el ministerio Acts 29.
La historia de la Reforma está dominada por personajes como Martín Lutero (1483-1546), Juan Calvino (1509-1564), Philipp Melanchton (1497-1560), Ulrico Zwinglio (1484-1531), Guillaume Farel (1489-1565) y John Knox (1514-1572), entre otros. Estos, “los hombres de la Reforma” suelen llevarse el crédito por impulsar el movimiento político, religioso y social conocido como la Reforma Protestante. La labor de las mujeres, por otro lado, ha sido ignorada e incluso denigrada por los “Padres del Protestantismo”. Aunque este error ha sido corregido en parte por muchas iglesias protestantes históricas (las cuales hoy permiten incluso la ordenación de mujeres al pleno ministerio), el naciente movimiento neo-reformado busca regresar a toda costa a esa época de exclusión femenina del ministerio cristiano.
Bajo la fachada de un “complementarismo bíblico” y una “masculinidad y femineidad bíblicas”, nuestras amadas hermanas están siendo confinadas nuevamente a los viejos roles tradicionales de ama de casa, niñera y mera asistente de sus maridos. Junto con ellas, sus dones y talentos son enterrados, ya que el ministerio (particularmente el pastoral y de enseñanza) está vetado para ellas. Tan nociva influencia está llegando incluso a círculos pentecostales donde, tradicionalmente, el ministerio femenino fue visto con buenos ojos. Los historiadores han observado que en el inicio de la mayoría de los avivamientos, cuando hay mucho fervor espiritual y se espera el regreso del Señor en cualquier momento, a menudo la gente está dispuesta a aceptar a mujeres ministras, dinámicas y pioneras. Con el tiempo, sin embargo, cuando las iglesias jóvenes avanzan hacia una forma más estructurada de ministerio y las preocupaciones institucionales pasan a primer plano, las personas no están tan dispuestas a aceptar el liderazgo espiritual de las mujeres, y los que se encuentran en el liderazgo eclesial tienden a ser, en su mayoría, hombres.
La experiencia pentecostal no ha sido la excepción. Entre los primeros pentecostales encontramos a ministras distinguidas tales como María B. Woodworth-Etter, Aimee Semple McPherson, Alice Reynolds Flower, Anna Ziese, y Marie Burgess Brown. Sin embargo, aunque las mujeres tuvieron gran libertad para ministrar en los primeros días de la denominación, la proporción de mujeres en el ministerio disminuyó radicalmente a partir de la década de 1920. En los últimos tiempos, sin embargo, la tendencia señala que la cantidad de mujeres con credenciales ministeriales va en aumento. Esto no debería extrañarnos ya que, a lo largo de su historia, los pentecostales de alrededor del mundo han luchado por aplicar la verdad bíblica a sus amplios y diversos contextos culturales. ¿Qué dice la Biblia acerca del liderazgo femenino en la iglesia? ¿Puede una mujer ser pastora, maestra o misionera? ¿Por qué los pentecostales difieren de la mayoría de reformados en este aspecto? Te invitamos a descubrirlo en el Taller VI del 𝑺𝒆𝒎𝒊𝒏𝒂𝒓𝒊𝒐 𝑽𝒊𝒓𝒕𝒖𝒂𝒍 “𝑼𝒏𝒂 𝑹𝒆𝒔𝒑𝒖𝒆𝒔𝒕𝒂 𝑷𝒆𝒏𝒕𝒆𝒄𝒐𝒔𝒕𝒂𝒍 𝒂 𝒍𝒂 𝑻𝒆𝒐𝒍𝒐𝒈𝒊́𝒂 𝑹𝒆𝒇𝒐𝒓𝒎𝒂𝒅𝒂”.
TALLERISTA | Pra. y misionera Marcela Castro (Chile)
A pesar de que tanto pentecostales como reformados afirman que la Biblia es la Palabra inspirada de Dios, ambos grupos difieren en muchos aspectos fundamentales. Las iglesias reformadas afirman que el bautismo con el Espíritu Santo es una experiencia que ocurre en la conversión de la persona y, por tanto, todo creyente por definición ya es bautizado con el Espíritu Santo desde su conversión; en el movimiento pentecostal dicho bautismo es considera como una "segunda experiencia" posterior a la conversión que está relacionada con recibimiento de poder y dones espirituales. Asimismo, el movimiento pentecostal cree y enseña que el don de hablar en lenguas es una evidencia (para muchos la inicial) de haber sido bautizado con el Espíritu Santo. El movimiento reformado, en cambio, afirma que las lenguas están relacionadas con el periodo apostólico de la Iglesia, pero que hoy ese hablar en lenguas no sería más necesario. La gran mayoría de reformados se identifican generalmente como cesacionistas (rechazan la vigencia actual de los dones carismáticos).
Pero las diferencias van más allá de la pneumatología. Sin lugar a duda, la soteriología dominante de una iglesia moldea de manera indeleble su cultura (la forma en que la gente piensa y piensa) para la misión. La soteriología arminiana tan propia del pentecostalismo ha sido clave en su avance misionero y expansión mundial, ya que una de sus suposiciones básicas es asumir que Dios ya está involucrado en la vida de cada persona y los está llamando a sí mismo a través de su Hijo. Esto significa que el Dios misionero ha estado activo durante mucho tiempo en la vida de una persona. Nuestro trabajo principal es tratar de ver dónde y cómo Dios ha estado trabajando y asociarnos con él para llevar a la gente a la redención en Jesús. Esta es básicamente la comprensión arminiana de la gracia preveniente. En ella reside la motivación o razón de ser de las misiones pentecostales.
Entendiendo lo anterior, no resulta extraño ver el estancamiento de las misiones en iglesias reformadas o calvinistas. Si bien la mayoría de los calvinistas sostienen la creencia en la «gracia común», no se entiende que tenga un propósito salvífico. La comprensión arminiana de la gracia preveniente difiere de la concepción calvinista de la gracia común en un área importante. En el esquema calvinista, la gracia común no conduce ni puede conducir a la salvación. Funciona para contener el mal en el mundo pero no lleva a los incrédulos a la fe. Para los arminianos, la gracia preventiva puede llevarnos a la salvación. Además, la forma en que entendamos la doctrina de la elección y la predestinación determina, de forma ineludible, nuestra misionología. Si elegidos lo son de forma incondicional, si la gracia es irresistible y cada suceso de nuestra vida depende del decreto divino ¿Por qué esforzarnos? De todos modos, los que deban ser salvos lo serán de cualquier manera ya que no pueden hacer otra cosa ¿O no? ¿Qué importancia tiene nuestra pasión o indiferencia para cumplir con la Gran Comisión si, al final, todo está predestinado? Además de los anteriores ¿En qué otros aspectos son incompatibles la teología reformada y el movimiento pentecostal? Te invitamos a descubrirlo en el Taller V del 𝑺𝒆𝒎𝒊𝒏𝒂𝒓𝒊𝒐 𝑽𝒊𝒓𝒕𝒖𝒂𝒍 “𝑼𝒏𝒂 𝑹𝒆𝒔𝒑𝒖𝒆𝒔𝒕𝒂 𝑷𝒆𝒏𝒕𝒆𝒄𝒐𝒔𝒕𝒂𝒍 𝒂 𝒍𝒂 𝑻𝒆𝒐𝒍𝒐𝒈𝒊́𝒂 𝑹𝒆𝒇𝒐𝒓𝒎𝒂𝒅𝒂”.
TALLERISTA | Pr. Elías Chávez Bascuñan (Chile)
Como puede constatarse a partir de fuentes históricas, Agustín de Hipona, quien nutriera con sus ideas lo que más tarde sería el calvinismo, fue parte de la secta maniquea (un movimiento de carácter gnóstico y dualista) antes de su conversión al cristianismo. En general, se piensa que Agustín desarrolló su teología sobre la predestinación después de debatir con Pelagio, Sin embargo, estudios recientes sugieren que la doctrina de la predestinación de Agustín fue desarrollada a partir de ideas maniqueas sobre la inevitabilidad de ordenamiento cósmico divino y del mal personal (soberanía divina, si se quiere).
Pero la dependencia agustiniana del maniqueísmo no termina ahí. Los maniqueos negaban el libre albedrío y la responsabilidad humana por los males cometidos, pues no creían que los actos humanos fuesen producto de la libre voluntad. La comunidad maniquea se dividía en dos grupos: (1) Los elegidos, en latín electi, los cuales estaban predestinados a heredar el Reino de la Luz; (2) Los oyentes, en latín auditores, los cuales debían servir a los elegidos. A su muerte, esperaban reencarnarse en elegidos. El concepto de “elegidos” y “réprobos” fue modificado, pero finalmente incorporado en el agustinianismo y, de ahí a su heredero teológico, el calvinismo.
Pero ¿Qué otros elementos gnóstico-maniqueos han sido incorporados en la teología reformada (y particularmente de su soteriología)? ¿Es el calvinismo una versión pura del Evangelio o simplemente una mezcla de gnosticismo con teología paulina sacada de contexto? ¿Qué otros elementos de la religión pagana pueden ser rastreables en la comprensión de la Deidad y la soteriología calvinista? Te invitamos a descubrirlo en el Taller IV del 𝑺𝒆𝒎𝒊𝒏𝒂𝒓𝒊𝒐 𝑽𝒊𝒓𝒕𝒖𝒂𝒍 “𝑼𝒏𝒂 𝑹𝒆𝒔𝒑𝒖𝒆𝒔𝒕𝒂 𝑷𝒆𝒏𝒕𝒆𝒄𝒐𝒔𝒕𝒂𝒍 𝒂 𝒍𝒂 𝑻𝒆𝒐𝒍𝒐𝒈𝒊́𝒂 𝑹𝒆𝒇𝒐𝒓𝒎𝒂𝒅𝒂”.
IMPARTIDO POR | Pastor Fernando E. Alvarado
Desde su sistematización en el Sínodo de Dort, las denominadas “Doctrinas de la Gracia” (hoy expresadas en el famoso TULIP calvinista) han sido objeto de debate. Tales doctrinas dejaron tan asqueado al Rey James de Inglaterra que, con enorme indignación, afirmó:
“Esta doctrina es tan horrible, que estoy persuadido que si hubiese un concilio de espíritus inmundos reunidos en el infierno, y su príncipe el diablo fuera a plantear la cuestión a todos ellos en general, o a cada uno en particular, para conocer su opinión sobre el medio más probable de incitar el odio de los hombres contra Dios su Creador; nada podría ser inventado por ellos que sería más eficaz para este propósito, o que podría poner una afrenta mayor sobre el amor de Dios por la humanidad, que ese infame decreto del reciente Sínodo, y la decisión de esta detestable fórmula, por la cual la inmensa mayoría de la raza humana es condenada al infierno por ninguna otra razón sino la mera voluntad de Dios, sin cualquier consideración por el pecado; la necesidad de pecar, así como la de ser condenado, están fijado sobre ellos por ese gran clavo del decreto previamente mencionado.” [Citado en “The Other Side of Calvinism”, escrito por Laurence M. Vance, 1999, p. 312].
Hoy, en medio de la creciente popularidad de la teología reformada, esas mismas doctrinas que horrorizaron al Rey James de Inglaterra, se nos venden como la divina panacea que se necesita para “re-evangelizar” el mundo y salvar al cristianismo de las herejías pelagianas, semipelagianas y, por supuesto, del arminianismo, el cual fue declarado herejía de forma arbitraria y sin derecho a réplica por el sínodo calvinista de Dort.
Pero independientemente de su aceptación por las autotoproclamadas "élites protestantes", el calvinismo mismo no escapa de la acusación de herejía por parte de otras ramas del cristianismo como la Iglesia Católica Romana, la Iglesia Ortodoxa Oriental e incluso ciertos sectores del protestantismo. A principios del siglo XVII, y en respuesta al desafío del calvinismo, la Iglesia Ortodoxa realizó una reunión sinodal en Jerusalén. En ese concilio, el calvinismo fue formalmente repudiado como herejía a través de la Confesión de Dositeo, compuesta por el Patriarca de Jerusalén con ese nombre, dejando en claro que, para la Ortodoxia, el calvinismo no es una opción teológica sino más bien una distorsión del Evangelio.
La crítica de la Ortodoxia hacia el calvinismo (tal como antes lo hiciera el catolicismo y algunos protestantes) se desarrolla en torno a cuatro líneas argumentales: (1) el calvinismo se basa en una lectura errónea de las Escrituras; (2) el calvinismo se desvía de la fe cristiana histórica definida por los Concilios Ecuménicos y los Padres de la Iglesia; (3) la comprensión del calvinismo de la soberanía de Dios lleva a la negación de la posibilidad del amor, y (4) el calvinismo conduce a una cristología defectuosa y a una comprensión distorsionada de la Trinidad [𝑽𝒆́𝒂𝒔𝒆: “𝑼𝒏𝒂 𝒄𝒓𝒊́𝒕𝒊𝒄𝒂 𝑶𝒓𝒕𝒐𝒅𝒐𝒙𝒂 𝒐𝒓𝒊𝒆𝒏𝒕𝒂𝒍 𝒂 𝒍𝒂 𝒅𝒐𝒄𝒕𝒓𝒊𝒏𝒂 𝒓𝒆𝒇𝒐𝒓𝒎𝒂𝒅𝒂 𝒅𝒆 𝒍𝒂 𝒑𝒓𝒆𝒅𝒆𝒔𝒕𝒊𝒏𝒂𝒄𝒊𝒐́𝒏”, 𝒆𝒔𝒄𝒓𝒊𝒕𝒐 𝒑𝒐𝒓 𝑹𝒐𝒃𝒆𝒓𝒕 𝑲. 𝑨𝒓𝒂𝒌𝒂𝒌𝒊, 𝟐𝟎𝟏𝟐. 𝑻𝒓𝒂𝒅𝒖𝒄𝒊𝒅𝒐, 𝒆𝒅𝒊𝒕𝒂𝒅𝒐 𝒚 𝒂𝒅𝒂𝒑𝒕𝒂𝒅𝒐 𝒑𝒐𝒓 𝑱𝒐𝒓𝒈𝒆 𝑶𝒔𝒕𝒐𝒔]
Pero ¿Cuál es la postura pentecostal acerca de la teología reformada (y particularmente de su soteriología)? Te invitamos a descubrirlo en el Taller III del 𝑺𝒆𝒎𝒊𝒏𝒂𝒓𝒊𝒐 𝑽𝒊𝒓𝒕𝒖𝒂𝒍 “𝑼𝒏𝒂 𝑹𝒆𝒔𝒑𝒖𝒆𝒔𝒕𝒂 𝑷𝒆𝒏𝒕𝒆𝒄𝒐𝒔𝒕𝒂𝒍 𝒂 𝒍𝒂 𝑻𝒆𝒐𝒍𝒐𝒈𝒊́𝒂 𝑹𝒆𝒇𝒐𝒓𝒎𝒂𝒅𝒂”.
IMPARTIDO POR | Pastor Hugo Efraín Vásquez ( CyberSaulo )
Desde su sistematización en el Sínodo de Dort, las denominadas “Doctrinas de la Gracia” (hoy expresadas en el famoso TULIP calvinista) han sido objeto de debate. Tales doctrinas dejaron tan asqueado al Rey James de Inglaterra que, con enorme indignación, afirmó: “Esta doctrina es tan horrible, que estoy persuadido que si hubiese un concilio de espíritus inmundos reunidos en el infierno, y su príncipe el diablo fuera a plantear la cuestión a todos ellos en general, o a cada uno en particular, para conocer su opinión sobre el medio más probable de incitar el odio de los hombres contra Dios su Creador; nada podría ser inventado por ellos que sería más eficaz para este propósito, o que podría poner una afrenta mayor sobre el amor de Dios por la humanidad, que ese infame decreto del reciente Sínodo, y la decisión de esta detestable fórmula, por la cual la inmensa mayoría de la raza humana es condenada al infierno por ninguna otra razón sino la mera voluntad de Dios, sin cualquier consideración por el pecado; la necesidad de pecar, así como la de ser condenado, están fijado sobre ellos por ese gran clavo del decreto previamente mencionado.” [Citado en “The Other Side of Calvinism”, escrito por Laurence M. Vance, 1999, p. 312].
Hoy, en medio de la creciente popularidad de la teología reformada, esas mismas doctrinas que horrorizaron al Rey James de Inglaterra, se nos venden como la divina panacea que se necesita para “re-evangelizar” el mundo y salvar al cristianismo de las herejías pelagianas, semipelagianas y, por supuesto, del arminianismo, el cual fue declarado herejía de forma arbitraria y sin derecho a réplica por el sínodo calvinista de Dort. Pero independientemente de su aceptación por las autotoproclamadas "élites protestantes", el calvinismo mismo no escapa de la acusación de herejía por parte de otras ramas del cristianismo como la Iglesia Católica Romana, la Iglesia Ortodoxa Oriental e incluso ciertos sectores del protestantismo.
A principios del siglo XVII, y en respuesta al desafío del calvinismo, la Iglesia Ortodoxa realizó una reunión sinodal en Jerusalén. En ese concilio, el calvinismo fue formalmente repudiado como herejía a través de la Confesión de Dositeo, compuesta por el Patriarca de Jerusalén con ese nombre, dejando en claro que, para la Ortodoxia, el calvinismo no es una opción teológica sino más bien una distorsión del Evangelio. La crítica de la Ortodoxia hacia el calvinismo (tal como antes lo hiciera el catolicismo y algunos protestantes) se desarrolla en torno a cuatro líneas argumentales: (1) el calvinismo se basa en una lectura errónea de las Escrituras; (2) el calvinismo se desvía de la fe cristiana histórica definida por los Concilios Ecuménicos y los Padres de la Iglesia; (3) la comprensión del calvinismo de la soberanía de Dios lleva a la negación de la posibilidad del amor, y (4) el calvinismo conduce a una cristología defectuosa y a una comprensión distorsionada de la Trinidad [𝑽𝒆́𝒂𝒔𝒆: “𝑼𝒏𝒂 𝒄𝒓𝒊́𝒕𝒊𝒄𝒂 𝑶𝒓𝒕𝒐𝒅𝒐𝒙𝒂 𝒐𝒓𝒊𝒆𝒏𝒕𝒂𝒍 𝒂 𝒍𝒂 𝒅𝒐𝒄𝒕𝒓𝒊𝒏𝒂 𝒓𝒆𝒇𝒐𝒓𝒎𝒂𝒅𝒂 𝒅𝒆 𝒍𝒂 𝒑𝒓𝒆𝒅𝒆𝒔𝒕𝒊𝒏𝒂𝒄𝒊𝒐́𝒏”, 𝒆𝒔𝒄𝒓𝒊𝒕𝒐 𝒑𝒐𝒓 𝑹𝒐𝒃𝒆𝒓𝒕 𝑲. 𝑨𝒓𝒂𝒌𝒂𝒌𝒊, 𝟐𝟎𝟏𝟐. 𝑻𝒓𝒂𝒅𝒖𝒄𝒊𝒅𝒐, 𝒆𝒅𝒊𝒕𝒂𝒅𝒐 𝒚 𝒂𝒅𝒂𝒑𝒕𝒂𝒅𝒐 𝒑𝒐𝒓 𝑱𝒐𝒓𝒈𝒆 𝑶𝒔𝒕𝒐𝒔]
Pero ¿Cuál es la postura pentecostal acerca de la teología reformada (y particularmente de su soteriología)? Te invitamos a descubrirlo en los Talleres II y III del 𝑺𝒆𝒎𝒊𝒏𝒂𝒓𝒊𝒐 𝑽𝒊𝒓𝒕𝒖𝒂𝒍 “𝑼𝒏𝒂 𝑹𝒆𝒔𝒑𝒖𝒆𝒔𝒕𝒂 𝑷𝒆𝒏𝒕𝒆𝒄𝒐𝒔𝒕𝒂𝒍 𝒂 𝒍𝒂 𝑻𝒆𝒐𝒍𝒐𝒈𝒊́𝒂 𝑹𝒆𝒇𝒐𝒓𝒎𝒂𝒅𝒂”.
TALLER DOS IMPARTIDO POR | Rev. Brian Roden (USA)