¡No bajes la guardia! Cada día estamos más cerca de la venida de nuestro Señor Jesús. Esto indica que el enemigo querrá utilizar todas sus estrategias para distraerte, tentarte y hacerte caer. El diablo no entra sin permiso a tu vida, él entra cuando le abres la puerta. Por eso, de la misma forma como es importante alimentar tu cuerpo, así mismo debes alimentar tu alma. La Palabra de Dios dice que nuestros ojos son lámpara a nuestro cuerpo. Tú no puedes caminar en pureza, alimentándote de basura. ¿Qué ves? ¿Qué escuchas? ¿Con quién andas? Dios te dejó la conciencia como un sensor para no caer. Si tú la apagas, no podrá avisarte del peligro. Ten cuidado porque tú te conviertes de aquello en lo que te alimentas. Si no eres selectivo con lo que ves, vas a caer. Toma la determinación de no exponerte y limpiarte diariamente. Pídele a Dios que examine tu corazón, trabaja en ello y esfuérzate cada día por agradarle a Él. ¡La limpieza trae la bendición de la promesa!