Nada ni nadie puede detener el poder de la unidad! Cuando te levantas a orar en acuerdo con tu esposa, tus hijos, tu familia y tu Iglesia, ¡el cielo responde! Si estás atravesando una batalla, es porque eres una amenaza para el enemigo. Él no ataca a gente que no le intimida. Y si ha querido levantarse en tu contra, es porque vio tu potencial y el llamado de Dios en ti. A mayor unción, mayor persecución. Si estás luchando, quiero decirte que Dios nos dejó las llaves para acortar el tiempo de lucha. Hablar bien acorta el periodo de crisis. En tu boca está el poder para cambiar circunstancias. Así mismo, el adorar y orar. Cuando conoces el poder de la alabanza y la adoración, no hay demonio que te pueda hacer frente. La alabanza rompe toda atadura. Cuando alabas con todo tu ser, tus enemigos caen en sus propias trampas. ¡No te canses de hacer el bien! ¡Dios pelea todas tus batallas! Eres más que vencedor en Cristo Jesús.