
Casa Pinillos nació de un noviazgo entre el amor y la valentía. Eduardo Martínez de Pinillos y su esposa Caren debieron dejar su vida con un salario estable en Monterrey, para cuidar enfermedades de sus padres, en el Sureste de México. Por suerte, habían tomado un curso de producción de cerveza. El resto, es esta historia.