
Terminamos con estos versículos el capítulo 11 del libro de los proverbios; y podemos recoger de estos versículos una buena conclusión de lo visto hasta ahora: el señor nos llama a desear y obrar el bien que se transformará en nosotros en buen carácter que a su vez nos lleva a tener un corazón bueno. La generosidad se presenta como fruto directo del corazón recto, del corazón, que mira en Dios Providente el ejemplo del bueno obrar. Confiemos en Él, que nos quiere bendecir, que nos sale al encuentro y que desde su justicia retribuirá nuestros actos.