
En medio de un litigio extraordinario por baños, agua y dignidad en una escuela rural en San Luis Potosí, apareció una organización que no buscaba protagonismo, sino transformación colectiva: Perteneces.
Y al frente estaba José Mario de la Garza. Abogado, sí. Pero también exboy scout, crítico feroz del gremio jurídico, y convencido de que el derecho tiene que salir del expediente y caminar junto a la gente.
En este segundo episodio de Guardianes de la Dignidad, hablamos con él sobre cómo se formó esa convicción desde su infancia, qué lo llevó a romper con las lógicas tradicionales del litigio, y cómo se construyó, paso a paso, una estrategia legal que se tejió con la comunidad, no desde arriba.