
Los hechos comunican de una manera muy poderosa y, en la Palestina del siglo primero, con quién comías, expresaba tu lugar en la sociedad. El evangelio de Lucas muestra a través de innumerables comidas, banquetes, mesas e invitaciones a comer la manera en la que Jesús transgredió la norma social religiosa adulterada para presentar los más altos valores del reino de Dios en el lugar más cotidiano: la mesa. Sin miedo a perder su reputación, ni a ser perseguido o rechazado por sus convicciones, el Maestro marcó un camino que posibilitó el acompañamiento de miles y miles de personas tras su marcha. Ven y siéntate a la mesa de Jesús.