
Uno de los principales obstáculos del acompañamiento espiritual es la noción que tenemos del ser humano. Sin ancla en la antropología bíblica, el ser humano es cualquier cosa que pueda pensarse, quererse o idearse... pero lo cierto es que el ser humano está delimitado por su creación y sus propios condicionantes. Los evangelios no fingen al respecto, y nos muestran a Jesús acompañando a seres humanos auténticos, en un camino de altos y bajos constantes.