A pesar de que el día en que fue a “La ruleta de la suerte” Damián Mollá no ganó ni un euro, el alter ego de la hormiga Barrancas se presta gustosamente a acercar a Jorge Fernández al aeropuerto. Los dos conversan sobre las servidumbres de la fama, recuerdan con terror cómo eran los viajes en coche de su infancia (y las consecuencias de los frenazos cuando no había cinturón de seguridad) y hablan de la mejor forma de combatir el sueño en los trayectos largos en carretera. Jorge cuenta además cómo afrontó el momento en que su hijo le pidió una moto, mientras que Damián rememora la absurda situación que vivió en su examen práctico de conducir.