
Hoy la clonación de voz mediante ‘deepfakes’ es una parte base de la inteligencia artificial generativa que es de acceso público para cualquier persona. Y su uso puede ser para fines creativos, como en cine y publicidad, como también para usos maliciosos, como suplantación de identidad o desinformación.
¿Y cómo se pasa de la innovación al delito? Hoy en día, la clonación de voz con inteligencia artificial ha surgido como una herramienta clave en delitos de suplantación de identidad y fraude financiero. Los atacantes pueden replicar la voz de una persona con tan solo unos segundos de audio, que a menudo obtienen de redes sociales o plataformas públicas.