
En este episodio de Ocurrencias, Enrique Stuyck reflexiona sobre el tiempo, la felicidad y la aparente contradicción de no hacer nada. Con ironía y sentido crítico, nos invita a cuestionar esas frases hechas que nos obligan a vivir con prisa, como si cada segundo debiera aprovecharse al máximo, sin concedernos el derecho al descanso o al simple placer de dejar fluir la vida.
La primera carta, 'No hacer nada es hacer algo', desmonta la idea de que la ociosidad es inútil. Enrique recuerda que incluso cuando decidimos “no hacer nada”, ya estamos haciendo algo: dejar pasar el tiempo, permitir que la mente se vacíe y abrir espacio a nuevas ideas. Una paradoja que nos anima a pensar que la creatividad también puede nacer de la calma, y que el “dolce far niente” es mucho más que un capricho: es una necesidad.
La segunda carta, 'El tiempo nunca se pierde miserablemente', continúa esta reflexión recordándonos que, para poder “perder” el tiempo, primero hay que ganarlo. Y que la mejor manera de disfrutarlo es entregarse plenamente al instante, sin la presión de la productividad constante. Perder el tiempo de verdad es, en realidad, ganarlo en forma de sensaciones, emociones y vida.
Finalmente, la tercera carta, 'Para ser feliz es mejor estar en la inopia', plantea que, ante un mundo saturado de problemas, datos y urgencias, a veces lo más sensato es ignorar parte de ese ruido para proteger la tranquilidad personal. Vivir en la “inopia”, lejos de ser un defecto, se convierte en estrategia para alcanzar una felicidad más simple y menos condicionada por las circunstancias.
Tres miradas que nos invitan a desacelerar y a descubrir que, quizá, la clave está en aceptar que no hacer nada… también es hacer mucho.
Descubre más episodios en ocurrenciaspodcast.com y suscríbete para seguir disfrutando de nuevas historias llenas de humor y crítica ligera.
Un proyecto presentado por el propio Enrique Stuyck, con la producción y edición de sonido de Jorge Marín de EOVE Productora, branding e identidad visual de Samuel Ferrer de KINTON Brands y las locuciones de Aránzazu San Ginés.