
La cultura del “más” nos convenció de que la riqueza está en los bienes, no en los márgenes; en lo visible, no en lo vital. Y así, el tiempo —ese que debería pertenecernos— terminó convertido en salario, en estatus, en deuda.
Basado en La psicología del dinero de Morgan Housel, este episodio explora por qué confundimos la libertad con la disponibilidad, el esfuerzo con el valor y el lujo con la apariencia. Y te lleva a un punto más sensato: ser dueño de tu tiempo no es no trabajar, es dejar de hipotecar tus horas.
Hablamos de tres verdades mal entendidas: el mito del esfuerzo, la trampa de la ocupación y la ilusión del lujo. Y de tres herramientas para recuperar el control: comprar tiempo, ahorrar margen y encontrar tu "Punto S”: ese “suficiente” que no te frena, te protege.
Este episodio no promete fórmulas ni retiros dorados. Promete algo más difícil: aprender a calcular el precio real de tu tiempo.