Frente al sometimiento y la idea de sumisión, la valentía y rebeldía aparecen como los contrarios; a pesar del castigo, a pesar de la persecución. Aquello que denominamos el patriarcado ha inventado tan innumerables como innombrables violencias para controlar lo que ha catalogado como femenino. Las múltiples violencias ejercidas sobre los cuerpos feminizados han producido un estado de pánico generalizado que heredamos y reproducimos de diversas maneras. Esta historia apenas hemos empezado a reescribirla.

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