
Cuando el hambre no viene del cuerpo, sino del alma. En este capítulo exploro cómo muchas veces usamos la comida para calmar lo que no sabemos nombrar: ansiedad, soledad, vacío, enojo. Hablamos de hambre emocional, del loop dopaminérgico de lo dulce, lo crujiente, lo inmediato. Y de cómo empezar a mirar con más conciencia qué nos estamos queriendo decir cuando comemos sin hambre. Porque no es solo lo que comemos, sino desde dónde lo hacemos.