
Cuántas veces se te cruzó por la mente esa tentadora idea de irte a vivir al exterior? ¿Cuántos de tus amigos alguna vez te mencionaron que estaban barajando esa decisión?
¿Cuánto de cagazo y cuánto de trabas burocráticas y económicas hay en que no lo hayas realizado?
¿Cómo viven quienes conviven con el inminente deseo de no quedarse quietos y con las ganas de salir a ver qué hay más allá de sus propios pagos?
Dani vivió dos años en Estados Unidos y actualmente reside en un pueblito en Italia. Nos contó cómo es migrar. Nos mostró un balance de lo bueno y de lo malo. Propone la idea de abrazarse a las buenas experiencias y usarlas a su favor, así como también la de hacerse amigo de las malas, porque claro que, a diferencia de lo que te mostraron quichicientos portales o diarios de viajes en instagram, migrar no es todo un jardín de rosas. Pero si de algo está segura es de que no hay un día en el que no se arrepienta de haberse mudado al exterior.